Cultura y sociedad no dejan de ser dos caras de la misma
moneda pues la cultura brota de la sociedad y la cultura produce, a su vez,
sociedad. Como ya hemos comentado en otras ocasiones, una pobre cultura genera
una pobre sociedad. Y, del mismo modo, una pobre sociedad generará una pobre
cultura. Según el sociólogo T. Parsons: “Un sistema social no puede existir sin
un sistema cultural que le proporcione los elementos simbólicos esenciales;
pero por su parte, un sistema cultural sin un sistema social es una
civilización muerta, como la del antiguo Egipto o la del Imperio Romano”
En las leyes soberanas de nuestro Estado -es decir, en la
Constitución- se habla de la cultura como un ámbito de la vida humana, equiparable
al económico, político o social. El elemento cultural aparece como uno de sus rasgos
más relevantes en esas “tablas de la ley”. En el párrafo quinto del preámbulo de
la Constitución se habla de dos
dimensiones del progreso, por un lado la económica y por otro la cultural. Un artículo atribuye a los poderes públicos la
tarea de facilitar la participación ciudadana en la vida política, económica,
cultural y social. Y, finalmente, en otro apartado se obliga al Estado a
promover las condiciones para la participación de la juventud en el desarrollo
político, social, económico y cultural.
En nuestra provincia la cultura ocupa un puesto muy bajo en
la escala de intereses de nuestra gobernanza. Quizá porque para nuestra
ciudadanía tampoco la susodicha sea una prioridad. En ese sentido, y también
hemos hablado de ello en otras ocasiones, los esqueléticos sectores culturales
de nuestra provincia miran con cierta envidia a las comunidades vascas vecinas.
En aquellas, hay espacios dedicados a la formación de futuros artistas. Podemos
hablar de la facultad de Bellas Artes de Leioa, del centro Bilbaoarte, incluso
del Azkuna Zentroa o del centro internacional de cultura contemporánea
Tabakalera en Donostia. En Álava, en cambio, no disponemos de ningún
equipamiento similar. Proyectos, pero fallidos, hemos tenido varios. No hay más
que revisar las hemerotecas para darnos cuenta de que Álava ha perdido varios
trenes en materia de arte y cultura. Actualmente, reiteramos, no contamos con
espacios de formación para artistas. Por ello, algunos creadores locales se
forman en otras localidades y ahí se establecen, trabajan… Sería igual excesivo
hablar de “fuga de talentos”, pero claramente Álava no es buen lugar en el que
un artista pueda crecer y desarrollarse.
En cualquier caso, contamos en nuestro territorio con
espacios no institucionales que desarrollan con sus escasos recursos
actividades de apoyo al arte de base. Este mismo sábado, en Zas Kultur se desarrolla
un taller gratuito para artistas jóvenes. El objetivo es formarles para que
puedan afrontar los retos que supone dedicarse al arte. Desde la búsqueda de financiación
hasta cómo documentar. Toda la
información al respecto en: zaskultur.wordpress.com