13.12.19

FORMACIÓN


Cultura y sociedad no dejan de ser dos caras de la misma moneda pues la cultura brota de la sociedad y la cultura produce, a su vez, sociedad. Como ya hemos comentado en otras ocasiones, una pobre cultura genera una pobre sociedad. Y, del mismo modo, una pobre sociedad generará una pobre cultura. Según el sociólogo T. Parsons: “Un sistema social no puede existir sin un sistema cultural que le proporcione los elementos simbólicos esenciales; pero por su parte, un sistema cultural sin un sistema social es una civilización muerta, como la del antiguo Egipto o la del Imperio Romano”
En las leyes soberanas de nuestro Estado -es decir, en la Constitución- se habla de la cultura como un ámbito de la vida humana, equiparable al económico, político o social. El elemento cultural aparece como uno de sus rasgos más relevantes en esas “tablas de la ley”. En el párrafo quinto del preámbulo de la Constitución se  habla de dos dimensiones del progreso, por un lado la económica y por otro la cultural.  Un artículo atribuye a los poderes públicos la tarea de facilitar la participación ciudadana en la vida política, económica, cultural y social. Y, finalmente, en otro apartado se obliga al Estado a promover las condiciones para la participación de la juventud en el desarrollo político, social, económico y cultural.
En nuestra provincia la cultura ocupa un puesto muy bajo en la escala de intereses de nuestra gobernanza. Quizá porque para nuestra ciudadanía tampoco la susodicha sea una prioridad. En ese sentido, y también hemos hablado de ello en otras ocasiones, los esqueléticos sectores culturales de nuestra provincia miran con cierta envidia a las comunidades vascas vecinas. En aquellas, hay espacios dedicados a la formación de futuros artistas. Podemos hablar de la facultad de Bellas Artes de Leioa, del centro Bilbaoarte, incluso del Azkuna Zentroa o del centro internacional de cultura contemporánea Tabakalera en Donostia. En Álava, en cambio, no disponemos de ningún equipamiento similar. Proyectos, pero fallidos, hemos tenido varios. No hay más que revisar las hemerotecas para darnos cuenta de que Álava ha perdido varios trenes en materia de arte y cultura. Actualmente, reiteramos, no contamos con espacios de formación para artistas. Por ello, algunos creadores locales se forman en otras localidades y ahí se establecen, trabajan… Sería igual excesivo hablar de “fuga de talentos”, pero claramente Álava no es buen lugar en el que un artista pueda crecer y desarrollarse.
En cualquier caso, contamos en nuestro territorio con espacios no institucionales que desarrollan con sus escasos recursos actividades de apoyo al arte de base. Este mismo sábado, en Zas Kultur se desarrolla un taller gratuito para artistas jóvenes. El objetivo es formarles para que puedan afrontar los retos que supone dedicarse al arte. Desde la búsqueda de financiación hasta cómo documentar.  Toda la información al respecto en: zaskultur.wordpress.com