“Inmersiones” es, en resumen, un congreso abierto al
público –un lugar de encuentro y de intercambio de ideas- de artistas
emergentes del País Vasco y Navarra que se celebra desde el año 2007 en
Gasteiz. Organizado por la Asociación Cultural Inmersiones -que agrupa a los “supervivientes”
de la extinta Asamblea de artistas Amarika- tiene como objetivo cardinal
visibilizar la creación de base que se pergeña en el territorio. “Inmersiones”
es una actividad creada desde la lógica del sustento. Persigue la utilidad. No
quiere deslumbrarnos cual evento mediático. Su propósito es mostrar esos
procesos de arte y cultura próximos, aunque “sumergidos”. Su objetivo fundamental,
por lo tanto, es poner en valor la producción artística cercana para hacerla
visible, propiciando la necesaria inmersión de las gestorías públicas, y del
ciudadano, en el entramado de las prácticas contemporáneas que están,
sumergidas, bajo la superficie. Esperando a que buceemos hasta ellas.
“Inmersiones” cumple ahora diez años. Y para esta especial
edición, “Inmersiones” propone debatir sobre la relación entre educación y
arte, mostrando los trabajos de creadores que introducen en sus prácticas
artísticas elementos educacionales o, por el contrario, que éstas se
desarrollen en ámbitos educativos. La necesaria inmersión trasciende, por lo
tanto, la crónica amable del paisaje artístico sumergido para incitarnos a bucear
en la complejidad de las relaciones entre arte y sociedad, en este caso, entre
arte y educación. No podía ser de otra manera si la propuesta de “Inmersiones”
trata de descubrirnos lo que está oculto para darle visibilidad. Y no podía ser
de otra manera si lo que hay que llevar hasta la superficie es la certeza de
que todavía somos capaces de hacer cultura huyendo de los tópicos, de sentirnos
obligados a ofrecer productos fácilmente digeribles para un público que muchos
quieren complaciente y acrítico. Hacer reflexionar a través del arte, esa es la
cuestión. Labor cada vez más difícil en un país que ha exiliado a las áreas del
arte, de las humanidades, fuera de las aulas escolares.
Es por eso que en esta edición, y desde este lunes hasta el
día de hoy, “Inmersiones” ha desarrollado también una nueva iniciativa que bajo
el título de “Educacciones” busca acercar la experiencia artística a los
centros docentes. Y lo ha hecho a través de la instalación “Banco del tiempo”
del artista argentino Gustavo Romano. Una oficina móvil de compra venta de
tiempo que está visitando a los estudiantes de cuatro centros educativos de la
ciudad de Gasteiz. El artista utiliza un nuevo sistema de dinero de tiempo
-billetes de 1 año, 60 minutos, etc.- para hacernos reflexionar sobre el valor
de nuestra existencia. Si tuvieras un minuto, una hora, un año extra en tu
vida, ¿qué harías con él? Buena pregunta para hacer reflexionar a los jóvenes
estudiantes sobre las cuestiones importantes de sus vidas.