Hablamos de resilencia cuando nos referimos a la capacidad que tenemos las personas para sobrellevar las situaciones traumáticas que salen a nuestro encuentro. Y así, somos resilentes cuando nos adaptamos, resistimos a los duros momentos, incluso sacamos algo positivo de ellos.
Pero el concepto de resilencia también se puede trasladar a otros ámbitos. El mundo de la cultura, por ejemplo, sus agentes, sus artistas… es resilente. Si fuera de otro modo, la cultura, entendida como sector productivo –concebido no como esfera que “produce” dividendos, que también, sino como medio que genera cultura- habría desaparecido. La cultura, ese bien intangible que nos construye como sociedad y que en muchas ocasiones es medido sólo como mero sector económico. La civilización sin literatura, sin poesía, sin música, sin cine, sin arte… sería de tono gris. La pulsión de crear en el ser humano, está en su ADN. El dinero, en cambio, no. El dinero, es un concepto cultural.
Mañana el proyecto “Inmersiones” presenta su plato fuerte: un congreso de artistas. En él, diversos creadores presentan sus proyectos. Inmersiones cumple, contra viento y marea, catorce primaveras. Gracias a la resilencia del colectivo que año tras año, lo pone en marcha.
“Inmersiones” es, en resumen, un parlamento de artistas abierto al público –un lugar de encuentro y de puesta en común de diversos proyectos artísticos-en el que se dan cita una vez al año creadores emergentes de Euskal Herria. Una iniciativa que se celebra desde el año 2007 en Gasteiz. Organizada por el colectivo que lleva su nombre, Inmersiones, tiene como meritoria empresa hacer visible la creación artística “de base”, cercana. Y a sus artífices, los artistas. Inmersiones es una actividad creada desde la lógica de la sostenibilidad. Persigue la rentabilidad cultural. Huye, por lo tanto, de convertirse en un mayoritario evento mediático. Su propósito es mostrar los trabajos que se realizan en el ámbito del arte, próximos pero que están “sumergidos. “Inmersiones” nos incita a que buceemos hasta llegar ellos. Es la única iniciativa de estas características que se desarrolla actualmente en nuestro territorio y que se pone en marcha lanzando una convocatoria previa para seleccionar a los artistas participantes.
Cada una de las ediciones de Inmersiones ha sido coordinada
por una persona diferente y bajo una temática también cambiante. Algo bastante
inusual hoy en día en el mundo de la cultura. El tema de este año es “artes
adivinatorias”.
Preguntarse por el futuro, imaginarlo, incluso predecirlo,
siempre ha sido uno de los escenarios básicos en los que se ha movido –y se
mueve- el arte. Desde la literatura de ciencia ficción -con sus precursores
como Julio Verne o H.G Wells- o el cine fantástico -cuyas primeras
manifestaciones comienzan como la etapa muda del séptimo arte- pasando por el
cómic, la música o las artes visuales, los artistas siempre han jugado a traer
con sus creaciones el futuro imaginado a nuestro presente.