De vez en cuando me parece de obligado cumplimiento hablar en
esta sección de una editorial de cómic satírico
que tiene sede en nuestra ciudad: TMEO. Porque llevan ya 28 años
dedicados al cómic duro, satírico realizando una intensa actividad en ese
campo. Son un remedo de Charlie Hedbo. A la vitoriano. O a lo vasco. O a la
español.
Habitualmente cuando en este país hablamos de humor gráfico,
el referente es la revista El Jueves. Porque es una publicación con 38
primaveras de solera, heredera de otras históricas revistas satíricas de cuño
hispánico ya desaparecidas: El Papus o La Codorniz. Y con un –casi- absoluto
liderazgo en este tipo de publicaciones. Pero El Jueves se ha ido suavizando
con el transcurso de los años. Recordemos que en 2006 el potente grupo
editorial RBA compró el sesenta por ciento de esta revista de humor. Hasta
entonces era propiedad de los propios dibujantes. Y recordemos también que el
pasado año RBA censuraba una portada dedicada a la abdicación del rey de España.
Ocho historietistas –los más interesantes, dicho sea de paso- abandonaron la
revista por ese tijeretazo a su trabajo. El jueves, por lo tanto, ya no goza de la
libertad de opinión que tenía anteriormente. Cuestión que no sucede con TMEO
pues sigue siendo propiedad de los propios dibujantes que lo gestionan de
manera asamblearia. Podríamos afirmar sin temor a equivocarnos que el TMEO sí
es –salvando las distancias económicas- un Charlie Hedbo español. O vasco. O
vitoriano. Pero esa libertad les impide crecer. Actualmente editan 4.000
ejemplares bimestrales. Muy alejados de los 75.000 ejemplares semanales de El
jueves. Pues para que una revista se convierta en un buen negocio necesita
nutrirse del capital de los grandes anunciantes. Y para que éstos inviertan su dinero en
publicidad, la publicación no puede ser extremadamente crítica, dura, soez. Por
eso Charlie Hebdo funciona sin publicidad, cuestión ésta que les ha situado al
borde del precipicio del cierre en varias ocasiones. Y el TMEO, tira sólo de
pequeños anunciantes. Estos son, en el fondo, los que por militancia
posibilitan que esta publicación goce de una gran capacidad de maniobra
pudiendo ser críticos con todo y con todos.
El TMEO, además de haber editado estos años 133 números de
su revista de humor, también ha parido a lo largo de su historia 45 álbumes de
sendos historietistas. Pues su interés es funcionar como plataforma de nuevos
autores. Ahora mismo -en diversas tiendas de tebeos- podemos encontrar su último álbum: Oxitocinas. Del historietista Xabier Águeda. Se trata de un
recopilatorio de tiras cómicas que lleva por título el nombre de una hormona
clave en los procesos cerebrales del orgasmo y el enamoramiento, pero en sus
viñetas también hay sitio para el retrato de un país devastado por el paro y
los recortes, para sus tradiciones más locas y para el cachondeo más
chispeante. Contiene humor negro, verde, rojo, gris y de otros colorines. Muy
recomendable.
