“España tiene un salida: Barajas”. Así rezaba el titular del
número uno de la mordaz revista “Mongolia”, una publicación que hace un par de
meses cumplió un año de existencia. Asciende con ella el humor, la sátira en
nuestros kioscos. Una sátira que funciona como antídoto eficaz para sobrellevar
esta crisis económica, pues mofarse de todo, incluso de nosotros mismos, es un
buen mecanismo para enfrentarnos a situaciones, cuando menos, delicadas.
Hagamos un breve ejercicio de memoria: la sátira escrita
no deja de ser un género con gran tradición y enraízo en nuestras letras. Un
género que ha sido ampliamente ejercitado ya desde la Edad Media. Podemos
remontarnos al mismo Arcipreste de Hita, un escritor que atacó la inamovible
sociedad de su época; una sociedad cimentada en los rígidos estamentos sociales.
O incluso el mismo autor de “El Quijote”, Miguel de Cervantes, con sus
obras “El coloquio de los perros” y el “Viaje del Parnaso”.
También Góngora compuso incisivas sátiras, aunque Quevedo lo
superó en ese campo. Pero volvamos de nuevo a “Mongolia”: la friolera cifra de
40.000 mil números “mongoles” se están distribuyendo mensualmente en kioscos y
librerías del Estado, demostrando así que el formato impreso, el papel, sigue
teniendo un esperanzador futuro en esta era en la que parecen reinar en
solitario los formatos digitales.
Pero “Mongolia” no
está sola en esto de abanderar la crítica humorística. No podemos olvidarnos de
“El Jueves,” la revista española de cómic de humor satírico más veterana: nació
el 27 de mayo de 1977, en
plena Transición Española, con el subtítulo "la revista que sale los
viernes", que cambiaría poco después por “la revista que sale los
miércoles”. La tirada media de este semanario es digna de reseñar: pasa de
47.000 ejemplares en 1986, a 66.000 en 1988, 119.500
en 1989 y 150.000 en 1990 y alcanza su récord en los
201.700 ejemplares del número 785, publicado en 1992. El 18 de julio de
2007, la portada de su número 1573 presentaba una caricatura de
los Príncipes de Asturias, manteniendo relaciones sexuales, lo cual motivó
que la publicación fuera secuestrada por la policía y que la Justicia impusiera
una multa a los dos dibujantes autores de la portada. Un año antes
el Salón del Cómic de Barcelona le reconocía a “El Jueves” su importante
aportación al mundo de la historieta otorgándole el galardón a la mejor revista
de cómic.
Y no tenemos que mirar muy lejos para, finalmente, dirigir
nuestra atención hacia otra veterana revista satírica: el TMEO. Una publicación
editada en Vitoria que el año pasado cumplió su vigesimoquinto aniversario y
que desde finales del año pasado ha ampliado tirada y distribución pudiéndose
encontrarse en las librerías Elkar y en los quioscos de Euskal Herria, además
de en sus habituales puntos de distribución: tiendas especializadas y bares.
Esta dichosa crisis económica ha tenido un efecto colateral
curioso: ha hecho resurgir con fuerza el género satírico en nuestros kioscos.
