Hoy, el cómic vasco —concebido
para el público infantil o para el adulto, publicado en castellano o en
euskera—es inviable como producto estrictamente comercial, de iniciativa
privada sin apoyos, pues el umbral de rentabilidad de una publicación periódica
de cualquier tipo exige una tirada regular de unos cuantos miles de ejemplares,
una distribución eficaz y unas ventas constantes. Pero este panorama sombrío
tiene su contrapartida: los autores dibujan por motivos personales, porque esa
actividad les satisface, porque cubre sus necesidades expresivas personales. En
definitiva: son artistas. Escriben y dibujan porque sí. Una situación similar a
la de muchos artistas plásticos.
Y en el País Vasco -como en otras
comunidades autónomas, también hay que decirlo- carecemos de políticas
específicas pensadas para promocionar y dar a conocer la cultura de cómic:
apenas se apoya a los autores que trabajan en este ámbito, no existen campañas
de animación a la lectura del cómic, no se respalda a las editoriales que
trabajan en este ámbito… En ese sentido
los historietistas -aunque la mayoría de ellos no pueden vivir de su labor-
tampoco reciben ningún tipo de apoyo institucional para poder investigar,
trabajar, sobre o desde este medio. Y eso que su situación como autores es
equiparable a la de los artistas que trabajan en el sector de las artes
visuales. Un sector que sí goza del respaldo de las políticas culturales
públicas. La cultura del cómic se encuentra, por tanto, en un limbo extraño,
“en tierra de nadie”: no es apoyado desde el “sistema arte” ni, por otra parte,
desde el ámbito del libro.
Partimos de una realidad: el cómic realizado en Euskadi es
un bien cultural, similar en ese sentido a nuestro teatro, a nuestro cine, o
nuestro arte. Por lo tanto debe de ser igualmente promocionado, divulgado,
cuidado, exportado. Pero desde los ámbitos públicos de apoyos a la creación no
parece que se quiera afrontar esta cuestión con convicción, quizá por un
desconocimiento del valor real del medio, muy por encima de su escasa
consideración por parte de sectores de la cultura más oficial.
Y la excepción confirma la regla: con el apoyo del
Gobierno Vasco y del Instituto Vasco Etxepare, más la colaboración de Gauekoak
y de la revista TMEO la asociación de dibujantes de cómic Atiza –con sede en
Vitoria-Gasteiz- viaja este fin de semana a Madrid, para acudir una de las
citas más importantes del estado relacionadas con el cómic –Expocomic- y hacer
difusión del cómic pergeñado en el País Vasco. Presentando diverso material
editado por dicha asociación en el que están presentes más de cuarenta
historietistas vascos, algunos de ellos relacionados con nuestra ciudad:
Antonio Altarriba, Mauro Entrialgo, Santi Orue, Kini, Simónides, Ata, Piñata,
Álvarortega...
Y la cita es doble: del día 4 al 8 de diciembre la
asociación Atiza acudirá a la más importante cita editorial del País Vasco: la
feria del libro de Durango. ¡Atiza!
