El 24 de octubre, Día Internacional de las Bibliotecas. Una fecha que nos conmina a reflexionar sobre el impacto de estos bastiones del conocimiento en nuestra sociedad, y a rendir homenaje al libro, uno de los inventos de la humanidad más nutritivos para la mente. En un mundo saturado de vertiginosos avances tecnológicos, el libro brilla como una luminaria inmortal de ideas, irradiando nuestras mentes, si estamos dispuestos a dejar que lo haga.
Pero, ¿qué
convierte al libro en uno de los inventos más extraordinarios de la Historia?
Para apreciar su relevancia, basta con contemplar los éxitos de la humanidad,
desde la invención de la rueda hasta el nacimiento del teléfono. A diferencia
de otros logros como la electricidad, el ordenador o internet, el libro destaca
por su sencillez y universalidad. Con sus páginas impresas, se presenta como
una herramienta accesible y versátil. A través de él, podemos conversar con
pensadores del pasado y el presente, sin importar si siguen entre nosotros o se
han mudado al “otro barrio”. Además, el libro simboliza la democracia
intelectual, al brindar a todos la oportunidad de acceder al conocimiento, sin
importar su origen o recursos económicos. Es un bien al alcance de la mayoría
de las personas en todo el mundo.
Las
bibliotecas, por su parte, son los custodios de este tesoro cultural
incalculable. A lo largo de la historia, han desempeñado un papel esencial al
preservar, organizar y compartir la cultura empaquetada en libros. Son refugios
de aprendizaje y faros de luz en un mundo que, cada dos por tres, se sumerge en
la oscuridad y la confusión. Las bibliotecas han sido y continúan siendo fundamentales
para la educación, la investigación y el desarrollo de sociedades más
instruidas. En palabras de Borges, "Una biblioteca es un acto de fe",
ya que alberga el conocimiento y la imaginación de la humanidad.
El Día
Internacional de las Bibliotecas es, por tanto, una ocasión para celebrar el
legado de los libros y reconocer la importancia continua de estos refugios del
saber. Nos invita a reflexionar sobre cómo los libros, con su poder para
inspirar, educar y conectar a las personas, siguen siendo fundamentales en un
mundo cada vez más interconectado, aunque a menudo nos sintamos aislados. Las
bibliotecas, como guardianas de este legado, merecen apoyo en su misión de
promover el acceso universal al conocimiento.
En este Día
Internacional, en lugar de salir a la calle para celebrar triunfos deportivos,
¿no sería interesante que la sociedad se manifestara, puños en alto, a favor
del libro y la lectura? Siempre es hora, no solo en el Día de las Bibliotecas,
de instar a los poderes políticos a respaldar y fortalecer estas instituciones
vitales para el enriquecimiento intelectual y cultural de nuestra sociedad.
Quienes aman la sabiduría expresada en los libros contribuyen a forjar un mundo
menos proclive a los desastres, como las guerras, y más inclinado hacia la
comprensión y la paz.